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Persépolis: La sala de audiencias de Darío y Jerjes

abril 24, 2022

A principios del siglo V a.C., el imperio aqueménida (persa) gobernaba aproximadamente el 44% de la población humana del planeta Tierra. A través de administradores regionales, los reyes persas controlaban un vasto territorio que intentaban ampliar constantemente. Famosos por su arquitectura monumental, los reyes persas establecieron numerosos centros monumentales, entre ellos Persépolis (hoy, en Irán). La gran sala de audiencias de los reyes persas Darío y Jerjes presenta un microcosmos visual del imperio aqueménida, dejando claro, a través de la decoración escultórica, que el rey persa gobernaba sobre todos los embajadores y vasallos subyugados (que se muestran trayendo tributos en una interminable procesión eterna).

Visión general del Imperio Aqueménida

El Imperio Aqueménida (Primer Imperio Persa) fue un estado imperial de Asia occidental fundado por Ciro el Grande y que floreció desde el año 550 hasta el 330 a.C. El territorio del imperio era vasto y se extendía desde la península de los Balcanes en el oeste hasta el valle del río Indo en el este. El Imperio Aqueménida destaca por su fuerte burocracia centralizada que tenía, a la cabeza, un rey y se apoyaba en sátrapas regionales (gobernadores regionales).

Una serie de estados anteriormente independientes quedaron sometidos al Imperio Persa. Estos estados abarcaban un vasto territorio desde Asia central y Afganistán en el este hasta Asia Menor, Egipto, Libia y Macedonia en el oeste. Los persas intentaron expandir su imperio hasta incluir la Grecia continental, pero fueron derrotados en su intento. Los reyes persas destacan por su afición al arte y la arquitectura monumental. Al crear centros monumentales, como Persépolis, los reyes persas emplearon el arte y la arquitectura para elaborar mensajes que contribuyeran a reforzar sus pretensiones de poder y a representar, iconográficamente, el dominio persa.

Visión general de Persépolis

Persépolis, la capital ceremonial del imperio persa aqueménida, se encuentra a unos 60 km al noreste de Shiraz (Irán). Los primeros restos arqueológicos de la ciudad datan del año 515 a.C. Persépolis, topónimo griego que significa «ciudad de los persas», era conocida por los persas como Pārsa y era una importante ciudad del mundo antiguo, famosa por su arte y arquitectura monumental. El yacimiento fue excavado por los arqueólogos alemanes Ernst Herzfeld, Friedrich Krefter y Erich Schmidt entre 1931 y 1939. Sus restos son sorprendentes incluso hoy en día, lo que llevó a la UNESCO a inscribir el sitio como Patrimonio de la Humanidad en 1979.

Persépolis fue fundada intencionadamente en la llanura de Marvdašt a finales del siglo VI a.C. Fue señalada como lugar especial por Darío el Grande en el año 518 a.C. cuando indicó la ubicación de una «colina real» que serviría de centro ceremonial y ciudadela para la ciudad. Esta acción de Darío fue similar a la del anterior rey Ciro el Grande, que había fundado la ciudad de Pasargadae. Darío el Grande dirigió un programa de construcción masiva en Persépolis que continuaría bajo sus sucesores Jerjes y Artajerjes I. Persépolis seguiría siendo un lugar importante hasta que fue saqueada, destruida e incendiada bajo Alejandro Magno de Macedonia en el año 330 a.C.

El programa de Darío en Persépolis incluía la construcción de una enorme plataforma en terrazas que cubría 125.000 metros cuadrados del promontorio. Esta plataforma soportaba cuatro grupos de estructuras: barrios residenciales, un tesoro, palacios ceremoniales y fortificaciones. Los estudiosos siguen debatiendo la finalidad y la naturaleza del emplazamiento. Las fuentes primarias indican que Darío se vio construyendo una importante fortaleza. Algunos estudiosos sugieren que el sitio tiene una conexión sagrada con el dios Mitra (Mehr), así como vínculos con el Nowruz, el festival del Año Nuevo persa. Lecturas más generales ven en Persépolis un importante centro administrativo y económico del imperio persa.

Apādana

El palacio Apādana es un gran edificio ceremonial, probablemente una sala de audiencias con un pórtico asociado. La sala de audiencias tiene una planta hipóstila, lo que significa que el techo de la estructura está sostenido por columnas. Apādana es el término persa equivalente al griego hypostyle (griego antiguo: ὑπόστυλος hypóstȳlos). La huella de la Apādana es de unos 1.000 metros cuadrados; originalmente 72 columnas, cada una de ellas de 24 metros de altura, sostenían el tejado (hoy solo quedan 14 columnas en pie). Los capiteles de las columnas tenían forma de toros bicéfalos (arriba), águilas o leones, animales que representaban la autoridad real y la realeza.

Las escaleras de la Apādana y el programa escultórico

Las escaleras monumentales que se acercan a la Apādana desde el norte y el este estaban adornadas con registros de escultura en relieve que representaban a representantes de las veintitrés naciones súbditas del imperio persa trayendo valiosos regalos como tributo al rey. Las esculturas forman una escena procesional, lo que lleva a algunos estudiosos a concluir que los relieves recogen la escena de procesiones de tributo reales y anuales -quizá con motivo del Año Nuevo persa- que tenían lugar en Persépolis. El programa de relieves de la escalera norte se completó quizá entre el 500 y el 490 a.C. Los dos conjuntos de relieves de la escalera se reflejan y complementan entre sí. Cada programa tiene una escena central del rey entronizado flanqueado por sus asistentes y guardias.

También están presentes nobles con trajes de élite y vestimenta militar. Los representantes de las veintitrés naciones, cada uno de ellos dirigido por un asistente, traen el tributo mientras se visten con trajes que sugieren su tierra de origen. Margaret Root interpreta las escenas centrales del rey entronizado como el punto central de la composición general, que tal vez refleje incluso los acontecimientos que tuvieron lugar en el propio Apādana.